30 de mayo de 2012

BIG IN JAPAN - III - TWO WORLDS


¿Tecnolición? ¿Tradiciología? Lo que sea. Two Worlds.

Que Japón es un país de contrastes, les garantizo que no es necesario irse allí para darse cuenta. Sepan también que no hay blogs (ni webs, ni libros, ni ...) suficientes para describirlos todos.
Desde aquí, un (muy) breve y (muy) superficial apunte. 

Podría considerarse el país tecnológicamente más avanzado del globo. Pero aún así, su sociedad tiene unos vínculos férreos y extremadamente arraigados a su pasado y tradición. Supongo que si tienes claro de dónde vienes, te será más fácil llegar a dónde vas. Si sumamos ésto a un conocido extremismo en muchas de sus formas, obtendremos una cultura donde modernidad y herencia, se dan la mano. Se abrazan y hasta se... bueno, me entienden, no?


A nivel laboral e industrial, por ejemplo, dan una importancia básica al desarrollo de nuevas tecnologías. La informática, microelectrónica, y desde hace varios años, la robótica (entre otras) disfrutan de un excelente desarrollo en I+D, lo que les sitúa a la cabeza en cuanto a calidad y cantidad de la producción automatizada. Teniendo en cuenta también que son los reyes exportando la tecnología que ellos mismos crean, pues lo normal es que pensemos que todos en casa tengan un robot que les cocine, limpie o arrulle. Y probablemente, alguno exista, no lo duden tampoco.


Socialmente, un ejemplo claro son los ancianos. Representan la sabiduría y el respeto. Grandes conocedores y respetuosos del correcto código de conducta japonés, no dudan en transmitir supersticiones a sus jóvenes si con ello se consigue un aprendizaje. La cada vez más extendida tercera edad es una forma de seguir vinculado al pasado y aprender de él.
Por contra, cada vez más, los jóvenes reniegan de esta sociedad tan arcaica y gran parte de ellos sólo piensa en respetar a sus videojuegos, aprender de sus móviles o fusionarse con sus dispositivos electrónicos de ultimísima generación.


Rascacielos. Rascacielos. Templo. Rascacielos. Una simple muestra (también) es que nada raro es pasear por sus calles y ver infinitos y acristalados rascacielos conviviendo en perfecta armonía con templos y santuarios centenarios.

Vaaale, no todo son edificios que se alzan hasta donde la vista no nos alcanza, y probablemente no haya una cantidad ingente de rascacielos (al menos no en comparación con otros países, pero eso se lo debemos a los terremotos. Y a Godzilla, pero esa, creánme, es otra historia.


Mamonaku: Ofuro mon amour

25 de mayo de 2012

ATENTADOS GASTRONÓMICOS - X

- ¿No has probado nunca la tartiflette? -dijo el comerciante italiano de quesos.
- Nop -dije yo
- Pues esta es la receta -me contestó-.Toma nota.


Antiguamente, se transmitían las recetas de generación en generación y tenía su encanto. En este caso, se produjo en una parada de quesos en la última Fira Modernista de Terrassa. Voto a Brios que también ha de ser válida.

[Modo recreación histórica: ON]
Corrían los años 80 en el macizo de Aravis, Alta Saboya, Francia, cuando el Sindicato Interprofesional del reblochon (queso protagonista en esta receta) se dio cuenta que había que aumentar (o doblar, o triplicar) las ventas de dicha variedad láctea.

El sabio Consejo y probablemente los druidas y animistas de la contrada (vale, ésto es falso), se reunieron para buscar una solución. "Inventemos una receta", se oyó al fondo de la sala. Y así fue. Le pusieron el nombre tartiflette, como derivación de tartifla, que en su lengua (el arpitano) significa patata. Y ese es el otro ingrediente imprescindible para el plato de hoy.
Espero que druidas, sabios y todos los saboyardos (no quiero risas) me perdonen por fusilar este plato que con el tiempo sí que llegó a considerarse el plato estrella de la cocina saboyarda. No quiero risas aquí tampoco.

TARTIFLETTE

Preparamos el horno para que se vaya calentando, mientras cortamos a daditos (de 1.5 cm por lado como mucho) unas patatas. En esta ocasión las haremos fritas, ya que es la manera favorita del comerciante de quesos que me regaló la receta. Otra manera es solamente hervir las patatas. Mientras vamos friendo (no mucho, doraditas estarán bien) las papas, cortamos unas cebollas y las ponemos a fuego lento.
Le añadimos unos daditos de bacon y salpimentamos. Mientras tenemos el fuego bajo, le añadimos un vaso de vino blanco. Y removemos con cuidado. Un poco de nata líquida será lo siguiente que le pondremos. Con un vaso bastará.

Por otra parte, y fíjense que ya vamos terminando, ponemos en una fuente para horno, un poco de mantequilla en el fondo. Una vez hecho esto, ponemos las patatas fritas en el fondo de la bandeja. Añadimos la mezcla de las cebollas, bacon, todo rehogado con la nata y el vino.
Y falta la estrella del plato. El reblochon. Queso de olor potente pero de sabor muy cremoso. Muy similar al brie, pero con un gusto y textura no tan "mantecosa". Lo cortamos en lonchas y las colocamos en la fuente.


La intención es meterlo en el horno y que se funda el queso. Nos ayudaremos muy cuidadosamente con una cuchara de madera para mover la mezcla y permitir así que el queso se mezcle bien con las patatas y la cebolla.

Sacamos del horno y servimos. Muy caliente. Buscamos un acompañamiento ligero como una ensalada y dispónganse a disfrutar de este plato que no deja de ser tradicional a la par que ochentero.

Nota: Primer Atentado Gastronómico perpretado en presencia de un buen número de comensales. Fueron jurado y verdugo. Mientras agradezco su presencia, espero sepan desde aquí perdonar los errores o negligencias de un servidor.

22 de mayo de 2012

SOBRE MUQUIS Y FLECHAS

Fred Astaire. Michael Flatley. Michael Jackson. Y mi sobrino.

Llámenlo ritmo, gracia, arte o duende. Hay gente que lo tiene y hay gente que no. Creánme cuando les digo que mi sobrino tiene tanto que hasta le sobra. Algún día le convenceré para que me regale un poco (o mejor mucho, que eso nunca viene mal).

Viéndolo, uno pensaría que no hay baile que se le resista. Y quizás sea así. Nuevas hornadas como el baile del "Ai se eu te pego" o clásicos modernos como la "Mayonesa" parecen tener pocos o ningún secretos para él. O cuando sin venir a cuento hace movimientos rítmicos y al rato te das cuenta que estaba practicando Air Guitar. WTF. Mención aparte (especial, magnífica, con olés y vítores) cuando se agarra la mini huevera que tiene y con un grito agudo emula al Jacko más recordado y mítico.

Que alguien le haya podido enseñar todo eso es probable, lo reconozco. Pero que a su corta edad haya depurado tanto la técnica como para sonrojar a Nureyev más pintado, me lleva a la conclusión de que esta niño no es normal. Y no lo es.

Otro día quizás les cuente como hace palmas y mueve las manitas como palomas poniendo cara de andaluz cerrado cuando le preguntas que música lleva su abuelo en el coche.

Eso es duende. Goblin, trasgo y leprechaun.

18 de mayo de 2012

ATENTADOS GASTRONÓMICOS - IX

Si tenéis huevos (con uno vale) no tenéis excusa para no preparar este plato.

El otro día, hablando con un amigo sobre rollitos (no, no nos poníamos al día de ligues), me entró la duda de si se refería a rollitos con tortitas o con tortillas. Pensé que sería más original hacerlo con las segundas, no?

ROLLITO DE TORTILLA CON VERDURAS Y VINAGRETA DE GUACAMOLE

Una vez las manos lavadas, nos disponemos a trocear en daditos un poco de cebolla, calabacín, pimiento (verde y rojo) y unos boletus. Eso, no debería llevarnos más de 10 minutos. 3 si nos arriesgamos a cortarnos.Las salteamos y le añadimos ...(suspense) té!. Un poco de "Illa Salvatge", bien molido y nos olvidamos de la sal y la pimienta. De sabor a frutos exóticos un poco ácidos y estar especiado, nos va de perlas.

Cuando quede poco para las verduras, batimos un huevo para la tortilla. El plan es que salga finita para poder enrollar mejor. Pero no tan fina como para que se nos rompa.

Mientras, preparamos la vinagreta de guacamole. Mezclamos un poco de aceite de oliva, un pelín de vinagre y el guacamole. Lo metemos en el biberón (el de los niños no!! El de cocina!) y lo batimos bien.

Cuando lo tengamos todo, será tan fácil como poner la verdura a un par de centímetros de un lateral de la tortilla y empezaremos a enrollar. Apretamos poco a poco mientras lo hacemos para que quede un poco compacto. Así no tendremos problemas al cortarla para comerla. Personalmente me da mucha mucha rabia que la comida se me desmonte.

Al emplatar, la podemos partir por la mitad para que luzca un poco más. Et voilà! El plato estará acabado. Decoramos con unos trozos de mazorca de maíz previamente pasados por el fuego y como base, en un extremo un poco de zanahoria rallada y en el otro unas tiras finitas de calabaza salteada.
Ponemos la vinagreta sobre la tortilla y sólo queda la degustación. Pero eso se lo dejo a ustedes que yo ya hice la mía.

114... toca reponer!

14 de mayo de 2012

BIG IN JAPAN - II - PUEBLO AMABLE. MUCHO

Poco negativo podría decir sobre Japón. Pero mucho menos sobre sus gentes.

Uno de los ejemplos (y sólo uno), el más sorprendente que pude vivir, fue el comportamiento que tuvieron con nosotros unos vecinos de Hakone.

Hakone es una ciudad montañesa a unos 80 km de Tokio, famosa sobretodo por sus aguas termales. Si algún otaku nos lee, sabrá que es donde se desarrollaba la acción del manga y anime Neon Genesis Evangelion. Es una ciudad pequeña, poco más de 10000 habitantes, y la principal fuente de ingresos es el turismo.

Dicho esto, podemos concluir que sus habitantes están acostumbrados al turismo. Que al ser casi un pueblo podrían tener una mentalidad más hospitalaria o amable. Partimos de la base que estamos en Japón y allí ya son bastante más amables y hospitalarios que aquí. Me incluyo.
El tema es que un buen día, salimos a pasear los cinco gaijins por el pueblo. Buscando un lugar para comer, y ya les comento que no fue tarea fácil, acabamos en un restaurante al final de una carretera que no tenía la pinta de ser muy transitada. Y la verdad es que comimos muy bien. Una sopa sabrosísima (quizás la mejor que he probado en mi vida), una ensalada de algas y arroz con pato.

Las mujeres encargadas del restaurante, eran 2 y tendrían unos 60 años, bromearon un poco conmigo y sobre mi japonés. Me decían que era habilidoso y yo entre vergüenza y un punto de orgullo, les decía que no. Que para nada. Algún comentario más que no recuerdo y ya nos dejó claro que eran unas bellísimas personas.
Y en esto que nos quedamos solos en el restaurante. Un par de personas sólo vimos allí. Y empieza a llover. No mucho. Apenas una ligera llovizna.
Al disponernos a pagar, las mujeres comienzan a hacer aspavientos y a decirnos algo que obviamente no entendíamos y se ponen a llamar por teléfono. La lógica y un poco de japonés chapucero por mi parte, nos dio a entender que nos hablaban de la lluvia (o algo), y que esperásemos (o algo) y que les dijéramos dónde nos alojábamos (o algo). Todo en un perfecto japonés. El suyo, claro!
La cosa es que nosotros nos imaginábamos algo, pero no podía ser. ¿Cómo iba a ser? Pues fue. A los pocos minutos, y cuando ya no llovía casi nada, se presenta un hombre de unos 60 años también, con una sonrisa y un coche. La sonrisa vendría de serie y el coche era para llevarnos al ryokan donde pasábamos esos dos días en Hakone. Intentar hacernos entender y que comprendieran que no era necesario que nos llevara, fue tarea más que imposible.
Para no hacer un desplante y quedar como unos groseros y unos desagradecidos accedimos al viaje. Vaaale, también accedimos porque estábamos flipando tanto y nuestro grado de sorpresa era tan superlativa que nuestra reacción fue lenta y cuando nos dimos cuenta ya estábamos sentados 3 delante y 3 detrás del vehículo. Aprovechando esa disposición y teniendo en cuenta que los vehículos en Japón tienen el volante a la derecha, el gaijin de la izquierda hizo la broma de simular que conducía él, sin volante.
Ese gesto arrancó una sonrisa del agradable e improvisado chófer. No le arrancamos nada más. Nos dejó en la puerta y con otra sonrisa y unos 2000 saludos más tarde, se fue.

Imagínense. Nosotros aún flipando, entramos en la casa. Aún envueltos en un halo de alegría y una sensación de "aún no puedo creer que nos haya pasado esto". Sólo nos salían cumplidos y adjetivos de agradecimiento. Nos prometimos que al día siguiente compraríamos unas flores y se las llevaríamos a las mujeres como muestra de gratitud.
Igual es que teníamos otras cosas que hacer. O que no encontramos flores. O que quizás demostramos que no somos tan amables ni hospitalarios. Pero aún están esperando nuestras flores aquellas mujeres, en aquel restaurante al final de una carretera que no tenía la pinta de ser muy transitada.

Mamonaku: Two worlds.

11 de mayo de 2012

ATENTADOS GASTRONÓMICOS - VIII

O cómo darle la vuelta (y vuelta) a la reina del fast-food.

Bajo mi humildísima opinión, la hamburguesa ha quedado relegada al desierto que hay entre "comida basura" y "comida socorrida para niños de todo tipo". No me malinterpreten. No considero basura a la comida que por otra parte me encanta. Nunca me cansaré de proclamar que hay momentos para un 5 tenedores y momentos para visitar franquicias gastronómicas con M dorada en la entrada.
 
Hoy intentaremos darle un trato especial a la tan denostada "burguer".

HAMBURGUESA CON PATATAS FRITAS

Dejaré claro que el mérito de esta receta, reside en la calidad de sus ingredientes. Con estos elementos, muy complicado sería no preparar un buen plato.

Empecemos pues. Para esta receta, opté por una hamburguesa un poco diferente. Nada de pollo ni ternera. Gracias al (muy) sabio consejo de la Srta. Carel·li (gracias again), fue posible conseguir hamburguesas de cordero. Increíblemente sabrosas. Un hurra por las carnicerías de toda la vida!

La carne, la dejaremos para el final, puesto que se tarda muy poco en hacerla. Empezaremos, pues,  por las patatas fritas. A mí me gustan cortarlas en tiras y bastante grandes, y al freírlas, pues estando un poco doraditas ya me gustan, pero eso será a gusto de cada uno.
A la hora de emplatarlas, las coronaremos con unas tiras de tomate seco.

Para el relleno, primero cortamos unos pepinillos agridulces. Al que esto escribe le encantan. Eso sí, los cortamos muy finitos. Lavamos también un poco de lechuga y la escurrimos bien.

Y ahora es el momento de hacer la carne. No muy hecha para conservar más el sabor del cordero. Aprovechamos el fuego para poner unas láminas de provolone. En vez de un queso para fundir, me decanté por un queso que asado es lo más. Posteriormente lo colocaremos sobre la carne.

Y ya está. Carne y relleno preparado. Ahora, la otra estrella principal del plato; el pan. Puestos a darle un toque especial, no podía elegir un pan que no fuera de Crustó. Reconocida panadería que ofrece una excelente calidad en todos sus productos. No dejen de visitarla. Y de catarla.

El momento de "construir" la hamburguesa, me encanta especialmente. Combinar la cantidad justa de salsas, aderezos y demás es un desafío tan emocionante como gratificante si sale bien. En este caso, me vi bien acompañado de chutney de cebolla confitada, quizás más dulce que la caramelizada y por ello no habría que abusar. Un poco de chutney de tomate a continuación.
Tampoco pensemos que se trata de ketchup normal. De sabor más potente y con un ligero toque agripicante quizás. Con un poco bastaría. Para aquellos menos avezados en tema salsa, aclararé que el chutney no deja de ser una salsa muy especiada. Las hay de muchos tipos, pero tienen en común la manera de prepararse; aplastar los ingredientes. Este proceso es el que en idioma original (hindi) da nombre al preparado.

Volvamos a la hamburguesa que no queremos que se nos enfríe. Acabamos con un poco de salsa barbacoa. Tampoco usé una standard. La conocida marca Jacks Daniel's, aparte del famoso whiskey, tiene una extensa gama de salsas elaboradas con el propio whiskey. Una con miel y de sabor más dulce, combinó a la perfección. Si tienen la oportunidad de probarla, se darán cuenta de lo especial que es.

Y ahora sí que finalizamos, que nunca una receta tan fácil y corta dio para tantas palabras. Emplatamos y adornamos (para luego saborear satisfactoriamente) con unos pimientos pequeños rellenos de Ricotta y alcaparras. Delicatessen contundente a la par que exquisita. Y quizás lo más importante; dedíquenle el tiempo necesario a saborear esta hamburguesa. Sin prisas. Conviértanla por unos minutos, en un slow-food en toda regla. Se lo merece.

Gracias por su tiempo y espero verles en la cocina.

9 de mayo de 2012

DE MAYOR QUIERO SER COMO TÚ - II

Calavera. Poeta. Maestro.
A ti que te lo haces, permíteme tutearte, ok? Con un par, pero con un tremendo ataque de tos, diré que esta boca es mía:

Gracias. Por todo. Por prepararme para la vida moderna. Por acompañarme por el bulevar de los sueños rotos y enseñarme que los nacidos para perder no tienen porqué ser perdedores,
y que incluso en estos tiempos, son necesarios los besos, aunque sean con sal.

Como un conductor suicida, contigo me he declarado y he pedido perdón; he soltado mentiras piadosas; me han dado besos en la frente e incluso, a la orilla de una chimenea me dieron las diez (y las 6 de la mañana) jugando por jugar con alguna más guapa que cualquiera.

Nunca he podido decir que así estaba yo si ti, porque desde que nos conocemos, nunca me has dejado solo. Estabas conmigo cuando, como un optimista explorador, entré en este juego que se llama amor. Fui ave de paso, pirata cojo y a veces (las menos) capitán de mi calle melancolía.
A mi lado estabas también cuando apretaba el frío y cuando había peligro de incendio. Sobretodo, estabas cuando había ruido y las medias negras me hacían necesitar pastillas para no soñar o pedía un trago más porque estaba cerrado por derribo recordando qué hermosas eran. En lo bueno y el lo malo. Gracias otra vez.

Todos vienen y se van. Todos menos tú. Tienes cuarenta y diez y sin embargo sigues tan joven y tan viejo como siempre. A la sombra de un león seguiré escuchando tu canción de las noches
perdidas mientras me pregunto quien me ha robado mi mes de abril. !Al ladrón, al ladrón! Es cierto que algunas veces llueve sobre mojado, pero hagamos un pacto entre caballeros y recuérdame que también tengo una muñeca que regala besos. A cambio, yo te avisaré si vuelven los dragones.

Y si amanece por fin, y es rosa de lima (que se abstengan las rubias platino, princesas y Barbies Superstars), sé que me seguirás acompañando en estos juegos de azar. Loco de atar estaría
si me quedo donde habita el olvido. No sería peor para el sol, pero sí para mí.

Una vez más, te doy las gracias. Yo si eso me voy yendo ya, yo me bajo aquí.

8 de mayo de 2012

SOBRE SECRETOS Y ANTIFACES

Todas las familias tienen secretos. La mía, lo crean o no, también.

- ¿Qué has hecho hoy en el cole? - preguntó mi hermana sin más ánimo que el de estar informada.
- Nada. - dijo él, sin más ánimo que el de esconder la verdad.


La primera vez que lo oí de su propia boca lo pasé por alto. La segunda vez, tampoco le dí mucha importancia. Cuando ya hubo una tercera, y una cuarta, pensé que algo extraño pasaba. En ese momento, lo vi claro; mi sobrino tenía una vida secreta.

Convencido estoy de que el hecho de tener poco más de 2 años no le supone ningún problema para ello. Es más, creo que se aprovecha de su edad y situación para eliminar toda sospecha sobre él y su doble vida. Supongo que cansado o aburrido de su rutina diaria, busca emociones y aventuras más allá de las proporcionadas por su entorno más cercano. O quizás sólo lo haga por diversión. O simplemente porque se sabe capaz de hacerlo.

¿El Modus Operandi? Lo desconozco, lo admito. Tengo claro que cuando se supone que está en la guardería, no está allí. Quizás tenga un cómplice en clase que le ayuda mientras él escapa. Quizás soborna a compañeros con los palitos de pan y el bull que mi padre le lleva a la salida. Alguna maestra también podría estar implicada en el asunto. Las promesas de llevarlas con él en sus aventuras serían un goloso incentivo para ellas. O actúa en solitario y pese a sus corta estatura y fuerza consigue eludir los controles de seguridad de las instalaciones. Seguiré investigando.

Desconozco también qué hace o dónde va. Supongo que recorrerá los parques y jardines de la ciudad. Subiéndose una y otra vez el los toboganes más altos y balanceándose sin parar en los columpios para mayores. ¿Se infiltrará en partidos de fútbol de niños más grandes? En el momento de que se pregunten quién es ese menudo nuevo jugador, él ya habría desaparecido.
Se rumorea que a veces, ha sido avistado un niño solo en algún Mercadona. Pruebas físicas no hay. Tengo la sospecha que las pescaderas y cajeras le encubren. Quizás los besos y guiñitos que él les dedica las haya hecho caer en el tan sabido síndrome de Estocolmo. Por todos es conocido su encanto y seducción.

Pero todo artista del engaño comete errores. Hasta los grandes encubridores se contradicen alguna vez. Algún titubeo cuando es preguntado si ha hecho psico en la guardería, o cuando finge haber pintado con canicas cuando sabemos a ciencia cierta que ese día era la festa de la farina.
Difícil es llevar todo un control de coartadas creíbles. Nunca admitiría mi admiración ante él.
Poco más puedo contar por ahora. La falta de información es evidente. Por otra parte, el miedo a que descubra que sé la verdad, hacen mella en mi seguridad. No por ello dejaré de investigar.

Todo descubrimiento les será revelado en caso que a mí me ocurra algo. Alguna vez le he descubierto mirándome con una extraña sonrisa en su rostro menudo.

4 de mayo de 2012

ATENTADOS GASTRONÓMICOS - VII

Ssshhhhh... es secreto, pero se lo pueden decir a sus amigos...

Siempre he creído que el nombre de secreto ibérico era una forma muy fina y amable de decir lo que realmente es; Axila de cerdo.
No por la procedencia debemos dejar de probar esta jugosa y apreciada carne. Normalmente, poco aderezo necesita. Unas escamas de sal ya sería perfecto, pero hoy la acompañaremos con algo un poco más llamativo.

SECRETO IBÉRICO CON REDUCCIÓN DE OPORTO Y GELATINA DE TÉ DE VIOLETAS

No se asusten por el nombre. La receta no presenta dificultad alguna, como es costumbre por estos lares.

Lo primero, será hacer la gelatina, para ganar algo de tiempo. Preparen té. En este caso, de violetas. Humildemente creo que el sabor es muy bueno y combina muy bien con todo tipo de ibéricos, sean carnes o incluso quesos.
El té lo prepararemos de la manera habitual, y añadiremos hojas de gelatina neutra que previamente habremos introducido en agua fría. Removemos hasta que se disuelvan por completo y lo mantendremos en el frigorífico mientras preparamos la reducción de Oporto.

Cuando hablamos de reducción, lo que hacemos es referirnos a espesar un líquido. En este caso, el vino, se volverá más espeso y concentraremos más su sabor. Es muy fácil, aunque quizás lento. Para ello, tendremos que poner un vaso de Oporto en un cazo y calentar a fuego muy lento durante unos 25-30 minutos. Poco a poco irá cogiendo una textura más espesa y un color más oscuro. No tengan prisa y mientras esperan, no duden en probar este vino tan dulce como aromático.

Por otra parte, preparamos el secreto dándole un par de vueltas en la brasa. Comprobaremos que es una carne muy veteada que puede recordarnos al jamón ibérico. Personalmente, la prefiero al punto o un poco menos hecha. Eso no nos llevará más de unos minutos.

Ahora, pueden decidir si la reducción de Oporto la quieren servir aparte (en una salsera y teniendo en cuenta que lo mejor es servirla caliente) o añadirla a la carne mientras esté al fuego. En esta ocasión, me decanté por añadirla, para potenciar más los sabores.

Y listo. Sólo nos queda emplatar. En este caso, decidí cortar al carne en tiras no muy finas, y la gelatina, cortarla en bloques de unos 2 cm. de grosor. Siempre es mejor "triturarla" un poco con el tenedor, pero creí que para las fotos se apreciaría mejor la textura si simplemente la cortaba. Añadimos unos canónigos y coronamos la gelatina con una finas tiras de queso de oveja.

El resto, su veredicto y opinión.

115...

2 de mayo de 2012

BIG IN JAPAN - I - KARAOKE

Esto son una japonesa, una mexicana, un ¿alemán? y cinco españoles que entran en un karaoke y...

Viven uno de los episodios más hilarantes y divertido de sus vidas. Al menos de la vida de un humilde servidor. Y no es para menos.

Pendiente quedaba desde el primer viaje a Japón que por motivos logísticos (y de extrema vergüenza) no fue posible hasta la segunda incursión en el país nipón.

Déjenme explicarles. En japonés, kara (vacío) y oke (orquesta) por lo que podría traducirse como "orquesta vacía" o "sin orquesta". Y de eso se trata, de cantar sin la necesidad de una banda de acompañamiento. (Ésta aclaración es totalmente irrelevante, puesto que quien más y quien menos ha pisado alguna vez en su vida un karaoke, pero me apetecía explicar la etimología del vocablo. Gracias por su paciencia).

Siendo de gran popularidad entre los adolescentes (y no tanto) nipones, los karaokes en Japón difieren mucho de lo que nos encontramos en occidente. Allí son salas pequeñas, de diferentes capacidades, eso sí. Lo habitual es que se reunan grupos alrededor de una mesa para cantar con motivo de cumpleaños, despedidas de solteros y fiestas de toda índole. Muy rara vez se hace en salas grandes y con gente desconocida. Se elimina así el factor vergüenza al cantar ante una muchedumbre que no conoces.

Un curioso detalle es que la sala se alquila por horas. Dato interesante porque normalmente abren las 24 horas del día. Precios muy asequibles sobretodo si tienen intención de dar el cante a las 10 de la mañana. Hay gente para todo.

Se suma también el hecho que por algunos suplementos, pueden hacer packs de karaoke más barra libre. Muy mal invento. Imagínense unos occidentales cantando con barra libre de cerveza y demás. La diversión y el descontrol están garantizados.

Al estar solos en la sala (sin personal del karaoke, me refiro), alguien debe hacerse con el mando y con el mando a distancia más flipante que estos ojos hayan visto, ir seleccionando las canciones a perpetrar interpretar. Botones y más botones antes de iniciar el tan esperado concierto.

Nosotros, excelentemente acompañados y asesorados por nuestra amiga la Srta. Remon, nos reunimos en uno de la capital nipona, Tokio. Barra libre de té y zumo de cebada. La perdición. La Srta. Remon se encargaba de hacer el pedido de bebidas a través de un telefonillo instalada en la sala. Incontables jarras de deliciosa y refrescante cerveza nipona fueron testigo de nuestro periplo cantarín.

Ya entonados, empezamos a entonar incunables como "Sweet child of mine", "Aserejé" (sí, han leído bien), y otros clásicos de ayer, de hoy y de siempre. Rancheras interpretadas por la más capacitada dada su procedencia, la Srta. Meron. No faltaron temas de The Cranberries, intensamente interpretada por Marshall, o dulces baladas Disney delicadamente entonada por la Srta. Remon (y perpretada sin escrúpulos por un servidor). Karura y Lily pusieron la nota heavy con su interpretación de "Fear of the Dark" de Iron Maiden.

Mención aparte merece un tema que dado su significado para el que les escribe, no podrá olvidar tampoco. Punible sería ir a un karaoke en Japón y no interpretar "More than this". Excelentemente bien acompañado por "lamentable que no recuerde su nacionalidad". Tan bien cómo nos fue posible, hicimos las veces de Bryan y Brian. Dicho tema fue dedicado en la distancia a Bro. No podía ser de otra manera. Otro día les explicaré el porqué.

Todo concurría con risas y aplausos, hasta que, en un momento en que yo creía que no podía divertirme más, hizo acto de presencia el Sr. Alucard. Alejando en ese instante toda su timidez, nos deleitó con el que fuera sin duda alguna, la actuación de la noche. Si Bowie estuviera muerto, probablemente se revolvería en su tumba. De la risión, claro. Homenajeando en una sola canción al gran Duque Blanco y a los Hermanos Calatrava, la desternillante versión del "Space Oddity" que nos brindó, indudablemente quedará graba para siempre en la mente de una japonesa, una mexicana, un "yo juraría que era alemán" y cinco españoles.

Mamonaku: Pueblo amable. Mucho.