6 de junio de 2012

SOBRE TIJERAS Y CONTRASANSONES

La maldad de los niños es inversamente proporcional a la longitud de su cabello. Eso es así.

Se lo concedo. Igual "maldad" tampoco es. Pero sí una fuerte y consolidada travesuriedad. Algo que sin duda es inherente pero en estos casos, se eleva al máximo nivel.

Y lo digo viéndolo dormido. Pero no me cabe la menor duda de que al cortarle el pelo, a parte de la cara de (aún más si cabe) pillo, sus instintos se han agudizado y ahora más que nunca nos enfrentaremos a una perfecta y letal máquina de correr, saltar y cantar.

No me malinterpreten. Un niño ha de ser así, por supuesto. Pero si la progresión de tropelías en aumento fuera más escalonada, pues mejor. Pero claro, el tema es que enloquecen en un abrir y cerrar de ojos. Atrás quedaron transformaciones hulkianas o licántrópicas donde con suerte te daba tiempo a esconderte o en el mejor de los casos, salir corriendo. Ahora, es ver como el barbero coge la maquinilla y las tijeras y es pedir pasaporte a la ciudad más lejana posible. Que los platos decorativos y los LLadró se salven solos!

Por eso, les aviso. Sé que me lo agradecerán. Si ven un niño de 2 años y medio, rubito, vivaz, y "pechioso", no duden en acercarse, saludarle o incluso soltarle alguna gracieta. Pero si además, tiene el pelo recién cortado; Run. Run like Hell... despídanse de sus seres queridos y no miren atrás.

De nada.

4 comentarios:

  1. Ho tindré en comte
    per quan el meu també tingui els 2 anyets.
    i jo que li volia tallar el cabell...

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  2. Estimado sr. Elric, me consta que en un par de años sabrá a lo que me refiero.
    Apreciada Moniqueta, si no supiera de donde viene esa expresión sentiría la tremenda duda si es a mí a quien se lo dedica.
    Sr. Nest, tinguiu en compte. A simple vista poden semblar innocents, però sota el cabell acabat de tallar s'amaga tot un conjunt de entremaliadures i diablejos varis...

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