20 de abril de 2012

ATENTADOS GASTRONÓMICOS V

Volvemos al tajo. Esta semana toca un entrante.

Antes de ponernos manos a la obra, me gustaría dedicar este receta (o atropello a la gastronomía) a la Senyoreta Pals. El domingo pasado fue su cumple y dada la distancia que nos separa (sólo en kilómetros) qué menos que ofrecerle este aperitivo.

Espero sea del agrado de todos y cada uno que se anime a probarlo.

TARTALETA DE SPAGHETTI NERO AL TÉ DE MORA

Huelga decir que esta receta se puede encara de dos maneras. Ambas desde el punto de vista de entrante, obviamente. El día que preparen los spaghetti nero di seppia, aparten la cantidad necesaria para preparar las tartaletas, o también pueden optar por cocer sólo la cantidad de pasta para esta receta.
Dicho esto, precisaremos picar primero el té de mora (deberían saber dónde encontrarlo, no?). Opté por este tipo por ser muy aromático y poder impregnar la pasta bien con su sabor. Lo picamos muy finito para que luego al encontrarnos hojitas al masticar no nos resulte desagradable. Dicho esto, cocemos la pasta con el té. Eso nos dará unos minutos para ir preparando la tartaleta de hojaldre.

Dentro de la tartaleta, colocamos un fondo de mostaza con eneldo (busquen en su tiendas de muebles suecos más cercana si no la conocen). Añadimos una pequeña capa de mozzarella fresca. Y a la espera que la pasta esté a nuestro gusto (yo la prefiero un pelín durita), podemos ir pelando unos langostinos. Los necesitaremos.

Escurrimos los spaghetti pero le dejamos las hojitas de té que se hayan podido quedar adheridas. Así obtendremos más sabor a mora. Los vamos introduciendo con cuidado en la tartaleta y vamos apretando un poco para que quepan más en su interior. No es por ser golafre. Así nos aseguramos que el sabor de la masa de la tartaleta no predomine por encima del de la pasta.
Al ir enrollando la pasta en el interior del hojaldre, nos quedará un pequeño hueco en el centro. Aprovechen y coloquen un arándano deshidratado. Morder y encontrarse esa delicia encarnada es un gustazo, créanme.

El relleno ya estará listo, a falta del langostino. Debidamente pelado, lo colocaremos en la superficie acompañado de dos trocitos de mozzarella fresca.
Tambien podemos acompañar el hojaldre de otra variedad mas pequeña. Nos resultará más fácil a la hora de comer y no temeremos que se nos rompa al llevárnosla a la boca.
Espero prueben esta receta que como entrante o acompañamiento resulta agradable a la vista. Parece muy elaborada pero ahora comprueban que en unos minutos se preparada sin complicación.

Disfruten de los fogones (o vitro) hasta nuestra próxima cita.

117 y bajando...

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